El Betis lleva a cabo una gestión más que sobresaliente del último derbi sevillano. La entidad de un paso adelante en la preparación del encuentro y dio su fruto con la victoria.
Ya avisaba al presidente Haro, tras caer derrotado en el derbi de la primera vuelta que había cosas que cambiar. El club tomó nota y ha cambiado radicalmente su manera de afrontar el partido.
Una de las novedades fue abrir el entrenamiento previo en el Benito Villamarín. Un total de 31.000 béticos se dieron cita en el feudo verdiblanco para dar el último aliento a sus jugadores.
Una situación que, según informan en ‘Radio Sevilla’, no tenía el beneplácito total de Manuel Pellegrini. El entrenador no estaba del todo convencido de abrir el entrenamiento.
Los capitanes del equipo tuvieron un papel importante para que al final pudiera ser. Sobre todo, Marc Bartra. El catalán fue muy importante para que el entrenador diera el paso.
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