El Betis ha caído derrotado ante el Villarreal (2-3), tras una más que decepcionante segunda parte donde tiró por tierra el dominio en el marcador (y en el campo) que tuvo en la primera mitad.
Todo a raíz de una serie de despropósitos que cuesta darle explicación. En primer lugar, el cambio de imagen del equipo tras marcar gol en la última jugada de la primera parte. Es una situación que suele lastrar al rival, pero acabó lastrando al equipo verdiblanco que salió horriblemente mal tras el descanso.
Después, las malas decisiones del entrenador. El cambio de Fornals no lo entiendo y lo que ha tardado en refrescar el centro del campo (con Fekir y William juntos) le ha costado el partido. Además, mantener a Fekir tampoco es entendible, más quitando a Fornals que estaba aportando mucho más.
Por último, la sobrada del Chimy Ávila. Es incomprensible lo que ha hecho el argentino, que ya había sacado la expulsión del rival. No tiene explicación que vuelva a ir a protestar por algo que ha realizado un futbolista que ya está expulsado.
Una serie de despropósitos que tira por la borda una ventaja merecida en la primera mitad y que complica aún más la clasificación europea, en una jornada donde han vencido Real Sociedad y Valencia.