El Estadio de la Cerámica, donde se pudo presenciar un gran partido de fútbol este pasado sábado entre Betis y Villarreal, ha dejado imágenes que no pueden ocurrir en un campo de fútbol.
Dejando de lado, aunque no menos importante, la cantidad de insultos, amenazas y agresiones que sufrieron aficionados béticos en las gradas por celebrar el segundo gol de su equipo, hubo otros hechos impresentables.
El primero de ellos los insultos que recibió Pablo Fornals al acercarse a la banda por parte de unos aficionados. El jugador bético se quedó incluso mirando a ese sector de la tribuna.
También Lo Celso, que fue aplaudido al salir al campo, empezó a recibir una gran pitada e insultos después de que le hicieran un penalti clamoroso. El argentino tuvo un roce con el banquillo del Villarreal durante la protesta.
Por último, tras conseguir el gol del empate, una botella lanzada desde la grada casi impacta en Antony. Aitor Ruibal fue el encargado de evitarlo, encarándose con el aficionado que hizo tal barbaridad.
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